Comentario de la película “Madeinusa” dirigida por Claudia Llosa
Por Fernando Larraburu
Creo que el concepto básico que ronda a lo largo de todo el film es la quijotesca presunción que tuvieron los colonizadores de América al suponer que toda la cultura que ellos traían y enseñaban era lo bueno y la que encontraron no y por lo tanto debían, como luego hicieron, reemplazarla. Dentro de este contexto y mientras lo está trasladando desde Lima a ese pueblo perdido en los andes peruanos, cobrará valor cuando se repita al finalizar la película, el relato que le hace “el mudo” a un científico peruano pero de cultura occidental curiosamente llamado Salvador.
Poco a poco se va percibiendo lo que ese pueblo, representante de una raza, siente, lo que ha perdido y seguramente nunca recuperará.
Madeinusa, hija del alcalde y a partir de su nombre, probablemente puesto por su madre que huyo a Lima hace tiempo, reniega de alguna manera de ese mundo que le toca vivir y tiene como horizonte ansiado, escapar como su madre a Lima donde piensa que encontrará un mundo mejor.
Su padre conserva y practica, las costumbres y rituales vigentes del lugar las que entre otras determinan que desde el jueves santo a las tres de la tarde y la seis de la mañana del sábado siguiente es decir mientras como ellos dicen ese Dios, que les ha sido impuesto, “está muerto” les permite actuar con total desenfreno porque no es pecado. Con esta premisa festejan y se emborrachan y Madeinusa, que fue elegida la virgen que presidirá los ritos, aprovecha esta situación para entregarse a Salvador con la oculta intención de conseguir que sea el quien la lleve a Lima.
Chale, su hermana, ha adoptado una postura opuesta, de resignación y odio a la madre ausente.
Luego Madeinusa envenenará al padre borracho porque destruyó lo único que conservaba de su madre, sus aros.
Es entonces cuando se manifestará con toda su fuerza el rencor de ese pueblo sometido porque primero Chale y a continuación Madeinusa, al grito de “el gringo mató a mi papá” acusarán del homicidio a Salvador a quien sindicarán como representante de lo extranjero.
Al finalizar aparece otra vez “el mudo” llevando a Madeinusa hacia Lima en lugar de Salvador, el que fue detenido por la falsa acusación. Nuevamente (para el espectador) relata lo sucedido a un hermano suyo el que luego de un accidente quedó mucho tiempo sin hablar y cuando por fin recupero la voz esta sonaba distinta y desde entonces lo llaman “el alemán”. La metáfora es evidente: La mayor consecuencia sufrida por los pueblos colonizados es, más allá de los sufrimientos padecidos, la perdida de su identidad ya que luego de
haber estado acallado por mucho tiempo no se es el mismo cuando por fin vuelve a hablar.