Rey Muerto, Rey Puesto.
Por Víctor Albornoz
El objeto del que partirá éste análisis sobre la película El Aura (Fábian Bielinksy, 2005) se centrará en el personaje de Dietrich, y lo que éste representa profundamente.
Análisis de los créditos iniciales de la película.
Análisis de los elementos.
Personaje despierta tirado en el piso: personaje muerto, que resucita.
Piso blanco, líneas negras: una personalidad pura, irrumpida por líneas negras, vestigios de oscuridad.
Personaje en banco, cajero automático: el dinero, la ambición, lo frío.
En el vidrio del banco, se ve un reflejo del personaje. En el reflejo, no se le ve la cabeza; la cabeza se pierde en la oscuridad de la noche: Un personaje que se duplica, pero con otra cabeza, otra mentalidad más oscura.
Personaje sale al exterior, desierto, nocturno: la soledad, la desolación.
Miércoles: mitad de la semana, medio, rutina.
Caja de herramientas: material de trabajo del personaje, extensión de las manos, reflejan con cierta opacidad, para destruir o reparar, para hacer lo que el hombre por sí solo no podría hacer a la perfección.
Un animal sin piel: lo interior, la esencia, la parte de uno que no se ve con frecuencia.
Taxidermia: una suerte de “resucitación” del animal, desde la muerte total y sin piel a una bella, digna, en la que el animal muerto se erige como estatua, trofeo.
Artículos periodísticos con crímenes frustrados: colección, presencia del crimen de manera pasiva, presencia del crimen en el medio del trabajo.
Cuencas de los ojos vacías, miradas entre cuencas vacías y el taxidermista: al taxidermista lo miran sin mirar, no saben cómo es, él mira más de lo que lo miran.
Un taller, repleto de objetos metálicos, herramientas; un lugar frío y oscuro: es el lugar de trabajo del personaje, en el que más parece pasar su tiempo y, por tanto, en el que él se define.
La puerta del taller está cerrada, la mujer le habla desde afuera: el taxidermista está encerrado en su trabajo, no hay espacio para la vida personal y lo afectivo.
Muchos ojos, guardados en un cajón especial: importancia de la vista, muchos puntos de vista, muchas formas de mirar, mirar más.
Meticulosidad por la profesión. Particularmente, al momento de trabajar con los ojos y los dientes. Importancia de la vista y la caza, la mirada y el ataque, la pasividad y la violencia.
Travelling desde la espalda del taxidermista hasta el vidrio esmerilado con su mujer: en el medio del travelling, muchos fragmentos de mandíbulas de animales. Una imagen que en algo se asemeja a un museo. La historia del taxidermista con su mujer es algo viejo, acabado, pasado.
Mujer invisible, difuminada tras el vidrio: lo femenino desdibujado, la vida personal tras una puerta, sin importancia.
Taxidermista sube el volumen de la radio ante la invasión de su mujer: lo que importa es lo que pasa de éste lado del vidrio, la profesión, lo no-femenino.
Plano final de la secuencia de créditos: los ojos concentrados del taxidermista mientras pinta los dientes del animal. Meticulosidad por la profesión, por la reconstrucción, por la pasividad del que mira y la animalidad.
Interpretación de los elementos, desarrollo de conceptos
La pasivo: El taxidermista mira los crímenes de los que colecciona artículos, pero no los ejecuta; el taxidermista no enfrenta a su mujer cuando ésta le habla tras la puerta. Mira y no hace, elude las emociones fuertes, la confrontación, lo activo. Se limita a la profesión, a su refugio de trabajo, a cobrar plata en el banco. Lo emocional queda lejos de él, del otro lado de la puerta de su taller.
La vida después de la muerte: la “resurrección” después del ataque de epilepsia, la “resurrección” de la apariencia del lobo cazado después del trabajo del taxidermista.
La oscuridad y la luz: las baldosas blancas y las líneas negras en el banco, la oscuridad a la que el taxidermista sale después del ataque de epilepsia,
Lo salvaje y lo violento:contenido en el personaje del taxidermista, limitado a observar y coleccionar los crímenes; presente en las mandíbulas en el taller, en la boca abierta del lobo que el taxidermista resucita, en el trabajo meticuloso al pintar sus dientes.
La soledad: personaje despierta en el banco sin ayuda de nadie, la calle del banco está vacía, su esposa no merece ser escuchada, los únicos vínculos que importan al taxidermista son con los animales, no con los humanos.
La identidad: el taxidermista no tiene nombre, se lo define por su profesión, su reflejo en el banco no tiene rostro, los animales no se reconocen hasta que se les devuelve su piel, la mujer del taxidermista aparece tras un cristal que la difumina.
Análisis de una secuencia del film. En éste caso, la secuencia segmentada “Sábado”.
La primera palabra que surge del análisis de ésta secuencia es identidad, ser alguien
que no se es. Partiendo desde la primer escena, en la que el taxidermista sale de su cabaña y presencia la discusión de Diana y el hombre que la acusa, se ve que el taxidermista avanza de espalda, no se ve su rostro. Cabe entonces preguntarse¿Quién es el hombre que viene a salvar a Diana? Hay desde un primer momento una identidad negada, un tanto inaccesible.
El avance de la secuencia sigue hablando de identidades conflictivas. La niña del prostíbulo habla de “Tamara es mi mamá. Pero no le gusta que le digan mamá, le gusta que le digan Tamara”, y luego de “El tío Ricardo. Pero no es mi tio, es un amigo de mamá”. Hay gente que es, pero no es. Identidades negadas, como la de Tamara, que no quiere ser mamá, sino Tamara. E identidades robadas, como la del tío Ricardo, al que se lo llama tío sin ser tío. También hay identidades duplicadas, no definidas. Como las de Sosa y Montero, de quien el taxidermista dice “aunque no se cual es cual”
Y luego está en juego la identidad del taxidermista, quien durante ésta secuencia empieza a asumir el lugar que dejó otro, y a jugar con ser otro. En la primer escena, Diana le dice “Suerte que apareció. Viene cuando sabe que mi marido no está”. Ya desde allí, el taxidermista viene a ocupar un lugar vacante por Dietrich; viene a ser la presencia masculina que salva a Diana de la discusión con el vecino, que la salva ante el abuso femenino que sufre ella ante el abandono de su marido.
Dietrich y el taxidermista se parecen demasiado. En otra secuencia, Sosa y Montero, al conocer al taxidermista, preguntan si él es Dietrich. En ésta secuencia, se ve que si bien no lo es, podría haberlo sido. Ambos tienen un sitio al que pocos tienen acceso: la mujer del taxidermista no puede entrar a su taller y queda del otro lado de la puerta, la cabaña de Dietrich está cerrada con llave y Diana desconoce de ella. En los dos sitios, hay objetos metálicos, y sobradas analogías. Dietrich tiene en su pared recortes periodísticos sobre el traslado del casino, el taxidermista por robos frustrados. Tiene fotografías, ha pasado largo tiempo sacándolas, mirando más; cualidad que en el taxidermista se encuentra de forma natural: no olvida nada de lo que se le presenta ante sus ojos. Ambos son meticulosos; el taxidermista en su trabajo, Dietrich en la meticulosidad con la que diseña el golpe y lleva anotaciones sobre el mismo en su cuaderno.
El taxidermista bien podría haber sido Dietrich: y quizás robando un par de cosas, pueda serlo aún más. Roba sus fichas del casino (únicas, solo de Dietrich, el casino ya no las hace), su corbata (sin la cual el taxidermista no podría haber accedido al casino), su modo de jugar al casino… Y quizás el destino del taxidermista si seguía jugando hubiera sido el mismo de Dietrich: endeudarse con el prestamista, perder 67.000 pesos.
El taxidermista roba también su plan. Hablando con el prestamista en el lugar enrejado, le dice “me pidió que viniera en su lugar”. Metaforizando el sitio, el encuadre,el robo de identidad, podría arriesgarme diciendo: bajo presión, atrapado y enrejado, el taxidermista es Dietrich. Y vuelve a hacer el robo del plan al contárselo a Sosa y Montero. El taxidermista reconstruye el plan a partir de lo observado. Pasa de lo pasivo a lo activo. Empieza a reconstruir desde Dietrich, piensa como él, explica lo que él hubiera tenido que explicar, convence a los que él hubiera tenido que convencer. Esto ocurre en un bosque, en la oscuridad de la noche. Puede también decirse en la oscuridad y bajo presión, el taxidermista sería Dietrich. Pero incluso el taxidermista supera a Dietrich. Al decir “uno de los tipos tiene una hija”, en referencia al guardia que va al Edén, ve más, ve algo que el espectador no intuía, que no estaba incluso en las anotaciones de Dietrich. Va más allá de Dietrich, lo supera.
El taxidermista también roba el perro de Dietrich. El animal lo asume como nueva autoridad. Esto es evidente cuando, al costado de la cabaña, el perro se acerca a su antiguo dueño, muerto, y en vez de mirar el cadáver, mira a los ojos a su nuevo dueño, el taxidermista. Lo protege, lo cuida, lo ayuda. Lo guía hasta el cuerpo muerto de Dietrich cuando la llave de Vega no abre la cabaña, lo observa cuando es maltratado por Sosa en el medio de la noche del bosque. El perro es el primero que nota que a rey muerto, rey puesto.
Y también quisiera robar a Diana. En la primer escena, ambos parecen un matrimonio. Ella habla de “nuestro perro”, parece una propiedad conjunta. Él se abre ante ella, es la única con quien habla de sus ataques. Y luego, en la noche, la mira desvestirse, estando Diana de espaldas. Diana es inaccesible, es el deseo reprimido del taxidermista. Él quiere salvarla de la violencia de Dietrich, de sus golpes; de la misma manera que Dietrich la había salvado antes de los golpes de su padre. ¿Podría el taxidermista, del mismo modo que Dietrich, pasar de salvarla a golpearla?
¿Qué separa a Dietrich del taxidermista? El defecto de uno. Al morir Vega, el taxidermista saca del cuello de Vega la llave que abre la puerta del robo, del crimen. En el propio cuello del taxidermista, hay otra cosa. Una carga, la carga que se lleva en la vida: la insignia que lo reconoce como paciente epiléptico. Donde en uno hay crimen, en el otro hay enfermedad. Y ésta parece ser la única diferencia entre el taxidermista y Dietrich: la vida que uno ha llevado, a diferencia del otro. Uno, de manera pasiva por la enfermedad. Otro, de manera activa, planeando el gran golpe.
Tesis:
Dietrich representa la animalidad del taxidermista, su yo activo, lo que él hubiera podido ser si la enfermedad no lo paralizara. Representa la vida criminal que él no puede tener en su pasividad, los vínculos amorosos que a él lo abandonan, el impulso animal que él solo puede disecar.
El taxidermista solo puede reencontrarse con éste lado suyo matando a su otro yo. Un arma de Dietrich es el que mata a Dietrich, a través del taxidermista. Y a partir de esa muerte, el taxidermista puede reconstruirse desde cero, tal como lo hace con los animales de su taller. A rey muerto, rey puesto. La muerte de uno resucita al otro a la vida, a la animalidad antes solo presente en su doble.