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12 junio 2011 7 12 /06 /junio /2011 15:56

Rey Muerto, Rey Puesto.

Por Víctor Albornoz

 

 

El objeto del que partirá éste análisis sobre la película El Aura (Fábian Bielinksy, 2005) se centrará en el personaje de Dietrich, y lo que éste representa profundamente.

el-aura.h11.jpg

 

Análisis de los créditos iniciales de la película.

Análisis de los elementos.

Personaje despierta tirado en el piso: personaje muerto, que resucita.

Piso blanco, líneas negras: una personalidad pura, irrumpida por líneas negras, vestigios de oscuridad.

Personaje en banco, cajero automático: el dinero, la ambición, lo frío.

En el vidrio del banco, se ve un reflejo del personaje. En el reflejo, no se le ve la cabeza; la cabeza se pierde en la oscuridad de la noche: Un personaje que se duplica, pero con otra cabeza, otra mentalidad más oscura.

Personaje sale al exterior, desierto, nocturno: la soledad, la desolación.

Miércoles: mitad de la semana, medio, rutina. el-aura_pag1.jpg.jpg

Caja de herramientas: material de trabajo del personaje, extensión de las manos, reflejan con cierta opacidad, para destruir o reparar, para hacer lo que el hombre por sí solo no podría hacer a la perfección.

Un animal sin piel: lo interior, la esencia, la parte de uno que no se ve con frecuencia. 

Taxidermia: una suerte de “resucitación” del animal, desde la muerte total y sin piel a una bella, digna, en la que el animal muerto se erige como estatua, trofeo.

Artículos periodísticos con crímenes frustrados: colección, presencia del crimen de manera pasiva, presencia del crimen en el medio del trabajo.

Cuencas de los ojos vacías, miradas entre cuencas vacías y el taxidermista: al taxidermista lo miran sin mirar, no saben cómo es, él mira más de lo que lo miran.

Un taller, repleto de objetos metálicos, herramientas; un lugar frío y oscuro: es el lugar de trabajo del personaje, en el que más parece pasar su tiempo y, por tanto, en el que él se define.

La puerta del taller está cerrada, la mujer le habla desde afuera: el taxidermista está encerrado en su trabajo, no hay espacio para la vida personal y lo afectivo.

Muchos ojos, guardados en un cajón especial: importancia de la vista, muchos puntos de vista, muchas formas de mirar, mirar más.

Meticulosidad por la profesión. Particularmente, al momento de trabajar con los ojos y los dientes. Importancia de la vista y la caza, la mirada y el ataque, la pasividad y la violencia.

Travelling desde la espalda del taxidermista hasta el vidrio esmerilado con su mujer: en el medio del travelling, muchos fragmentos de mandíbulas de animales. Una imagen que en algo se asemeja a un museo. La historia del taxidermista con su mujer es algo viejo, acabado, pasado.

Mujer invisible, difuminada tras el vidrio: lo femenino desdibujado, la vida personal tras una puerta, sin importancia.

Taxidermista sube el volumen de la radio ante la invasión de su mujer: lo que importa es lo que pasa de éste lado del vidrio, la profesión, lo no-femenino.

Plano final de la secuencia de créditos: los ojos concentrados del taxidermista mientras pinta los dientes del animal. Meticulosidad por la profesión, por la reconstrucción, por la pasividad del que mira y la animalidad.

 

Interpretación de los elementos, desarrollo de conceptos

La pasivo: El taxidermista mira los crímenes de los que colecciona artículos, pero no los ejecuta; el taxidermista no enfrenta a su mujer cuando ésta le habla tras la puerta. Mira y no hace, elude las emociones fuertes, la confrontación, lo activo.  Se limita a la profesión, a su refugio de trabajo, a cobrar plata en el banco. Lo emocional queda lejos de él, del otro lado de la puerta de su taller.

La vida después de la muerte: la “resurrección” después del ataque de epilepsia, la “resurrección” de la apariencia del lobo cazado después del trabajo del taxidermista.

La oscuridad y la luz: las baldosas blancas y las líneas negras en el banco, la oscuridad a la que el taxidermista sale después del ataque de epilepsia,

Lo salvaje y lo violento:contenido en el personaje del taxidermista, limitado a observar y coleccionar los crímenes; presente en las mandíbulas en el taller, en la boca abierta del lobo que el taxidermista resucita, en el trabajo meticuloso al pintar sus dientes.

La soledad: personaje despierta en el banco sin ayuda de nadie, la calle del banco está vacía, su esposa no merece ser escuchada, los únicos vínculos que importan al taxidermista son con los animales, no con los humanos.

La identidad: el taxidermista no tiene nombre, se lo define por su profesión, su reflejo en el banco no tiene rostro, los animales no se reconocen hasta que se les devuelve su piel, la mujer del taxidermista aparece tras un cristal que la difumina.

 El-Aura-foto2.jpg

 

Análisis de una secuencia del film. En éste caso, la secuencia segmentada “Sábado”.

 

 

La primera palabra que surge del análisis de ésta secuencia es identidad, ser alguien

que no se es. Partiendo desde la primer escena, en la que el taxidermista sale de su cabaña y presencia la discusión de Diana y el hombre que la acusa, se ve que el taxidermista avanza de espalda, no se ve su rostro. Cabe entonces preguntarse¿Quién es el hombre que viene a salvar a Diana? Hay desde un primer momento una identidad negada, un tanto inaccesible.

            El avance de la secuencia sigue hablando de identidades conflictivas. La niña del prostíbulo habla de “Tamara es mi mamá. Pero no le gusta que le digan mamá, le gusta que le digan Tamara”, y luego de “El tío Ricardo. Pero no es mi tio, es un amigo de mamá”. Hay gente que es, pero no es. Identidades negadas, como la de Tamara, que no quiere ser mamá, sino Tamara. E identidades robadas, como la del tío Ricardo, al que se lo llama tío sin ser tío. También hay identidades duplicadas, no definidas. Como las de Sosa y Montero, de quien el taxidermista dice “aunque no se cual es cual”

            Y luego está en juego la identidad del taxidermista, quien durante ésta secuencia empieza a asumir el lugar que dejó otro, y a jugar con ser otro. En la primer escena, Diana le dice “Suerte que apareció. Viene cuando sabe que mi marido no está”. Ya desde allí, el taxidermista viene a ocupar un lugar vacante por Dietrich; viene a ser la presencia masculina que salva a Diana de la discusión con el vecino, que la salva ante el abuso femenino que sufre ella ante el abandono de su marido.

            Dietrich y el taxidermista se parecen demasiado. En otra secuencia, Sosa y Montero, al conocer al taxidermista, preguntan si él es Dietrich. En ésta secuencia, se ve que si bien no lo es, podría haberlo sido. Ambos tienen un sitio al que pocos tienen acceso: la mujer del taxidermista no puede entrar a su taller y queda del otro lado de la puerta, la cabaña de Dietrich está cerrada con llave y Diana desconoce de ella. En los dos sitios, hay objetos metálicos, y sobradas analogías. Dietrich tiene en su pared recortes periodísticos sobre el traslado del casino, el taxidermista por robos frustrados. Tiene fotografías, ha pasado largo tiempo sacándolas, mirando más; cualidad que en el taxidermista se encuentra de forma natural: no olvida nada de lo que se le presenta ante sus ojos. Ambos son meticulosos; el taxidermista en su trabajo, Dietrich en la meticulosidad con la que diseña  el golpe y lleva anotaciones sobre el mismo en su cuaderno.

            El taxidermista bien podría haber sido Dietrich: y quizás robando un par de cosas, pueda serlo aún más. Roba sus fichas del casino (únicas, solo de Dietrich, el casino ya no las hace), su corbata (sin la cual el taxidermista no podría haber accedido al casino), su modo de jugar al casino… Y quizás el destino del taxidermista si seguía jugando hubiera sido el mismo de Dietrich: endeudarse con el prestamista, perder 67.000 pesos.

            El taxidermista roba también su plan. Hablando con el prestamista en el lugar enrejado, le dice “me pidió que viniera en su lugar”. Metaforizando el sitio, el encuadre,el robo de identidad, podría arriesgarme diciendo: bajo presión, atrapado y enrejado, el taxidermista es Dietrich. Y vuelve a hacer el robo del plan al contárselo a Sosa y Montero. El taxidermista reconstruye el plan a partir de lo observado. Pasa de lo pasivo a lo activo. Empieza a reconstruir desde Dietrich, piensa como él, explica lo que él hubiera tenido que explicar, convence a los que él hubiera tenido que convencer. Esto ocurre en un bosque, en la oscuridad de la noche. Puede también decirse en la oscuridad y bajo presión, el taxidermista sería Dietrich. Pero incluso el taxidermista supera a Dietrich. Al decir “uno de los tipos tiene una hija”, en referencia al guardia que va al Edén, ve más, ve algo que el espectador no intuía, que no estaba incluso en las anotaciones de Dietrich. Va más allá de Dietrich, lo supera.

            El taxidermista también roba el perro de Dietrich. El animal lo asume como nueva autoridad. Esto es evidente cuando, al costado de la cabaña, el perro se acerca a su antiguo dueño, muerto, y en vez de mirar el cadáver, mira a los ojos a su nuevo dueño, el taxidermista. Lo protege, lo cuida, lo ayuda. Lo guía hasta el cuerpo muerto de Dietrich cuando la llave de Vega no abre la cabaña, lo observa cuando es maltratado por Sosa en el medio de la noche del bosque. El perro es el primero que nota que a rey muerto, rey puesto.

            Y también quisiera robar a Diana. En la primer escena, ambos parecen un matrimonio. Ella habla de “nuestro perro”, parece una propiedad conjunta. Él se abre ante ella, es la única con quien habla de sus ataques. Y luego, en la noche, la mira desvestirse, estando Diana de espaldas. Diana es inaccesible, es el deseo reprimido del taxidermista. Él quiere salvarla de la violencia de Dietrich, de sus golpes; de la misma manera que Dietrich la había salvado antes de los golpes de su padre. ¿Podría el taxidermista, del mismo modo que Dietrich, pasar de salvarla a golpearla?

            ¿Qué separa a Dietrich del taxidermista? El defecto de uno. Al morir Vega, el taxidermista saca del cuello de Vega la llave que abre la puerta del robo, del crimen. En el propio cuello del taxidermista, hay otra cosa. Una carga, la carga que se lleva en la vida: la insignia que lo reconoce como paciente epiléptico. Donde en uno hay crimen, en el otro hay enfermedad. Y ésta parece ser la única diferencia entre el taxidermista y Dietrich: la vida que uno ha llevado, a diferencia del otro. Uno, de manera pasiva por la enfermedad. Otro, de manera activa, planeando el gran golpe.

 

Tesis:

Dietrich representa la animalidad del taxidermista, su yo activo, lo que él hubiera podido ser si la enfermedad no lo paralizara. Representa la vida criminal que él no puede tener en su pasividad, los vínculos amorosos que a él lo abandonan, el impulso animal que él solo puede disecar.

El taxidermista solo puede reencontrarse con éste lado suyo matando a su otro yo. Un arma de Dietrich es el que mata a Dietrich, a través del taxidermista. Y a partir de esa muerte, el taxidermista puede reconstruirse desde cero, tal como lo hace con los animales de su taller. A rey muerto, rey puesto. La muerte de uno resucita al otro a la vida, a la animalidad antes solo presente en su doble.

 

 

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6 junio 2011 1 06 /06 /junio /2011 14:53

Por Raúl Dopazo

El_aura.jpg
En impecable relato, Bielinsky y Darín crean al personaje central, un taxidermista que sufre de epilepsia. El aura -momento que preanuncia los ataques de este mal- es vivido por aquél como un estado de libertad, ya que en tal situación aumentan sus percepciones, pero fundamentalmente, se desencadena lo inevitable. Como si tal condición justificara la pasividad, la ausencia de protagonismo en los seres humanos.

Por medio de puestas en serie, por ejemplo, Bielinsky monta diferentes acciones, en distintos escenarios, trasladando al personaje en la misma posición corporal, como si estuviera suspendido en una inercia irremediable. En muchos pasajes, la banda sonora acompaña esa intencionalidad de subrayar suspensión, con acordes de notas fijas y otras sólo ondulantes.
Dueño de una obsesiva e implacable memoria como referente de su identidad, el taxidermista flota en la vida, y únicamente al borde de perderla toma decisiones, no sin antes "suspenderlas" en la imaginación.
También la reiteración intencional de puestas en escena, donde aparece un silencioso sobre conteniendo la despedida de una mujer, dá cuenta de que
la vida le sucede, de que poco es lo que puede decidirse.

En síntesis, el autor nos lleva a reflexionar sobre la pasividad y el protagonismo de nuestra existencia.
Casi diría que nos provoca, que también podríamos cuestionarnos nuestra "suspensión", como expectadores de otra vida, durante 2 horas y 6 minutos.

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29 mayo 2011 7 29 /05 /mayo /2011 16:19

“El hombre de adentro”

Por Paula De Giacomi

el-hombre5.jpg

 

La película “El hombre de al lado” (de Gastón Duprat y Mariano Cohn) comienza con la pantalla dividida en dos, donde observamos una parte más oscura y otra más luminosa (esta idea de lo blanco y negro se repite también en los créditos finales, vemos el fondo blanco contrastando con las letras negras). Se escuchan golpes; un martillo golpea la pared y comienza a agujerearla, viendo este movimiento desde ambos lados de la misma. Comienza a verse entonces, lo que esta por debajo de la pintura, salen a la superficie los ladrillos, el cemento, el polvo, aquello de lo que esta formada la pared, su esencia (lo real). Estos son los créditos de la película, parte fundamental porque creo que sintetiza lo que sucede de manera simbólica, en la vida de Leonardo. Leonardo es atravesado por esos “golpes” para poder tomar conciencia (aunque lo evite constantemente) de sus propios “agujeros”.

 

elhombre7.jpg Leonardo es un destacado artista que vive junto a su mujer Ana, su hija Lola y Elba, la señora que limpia. La casa en la que habita fue realizada por un renombrado arquitecto, Le Corbusier y es la única que éste hizo en toda Latinoamérica.

Víctor, el otro personaje principal, es quien irrumpe en la vida de Leonardo, queriendo hacer una ventana en la medianera para “atrapar unos rayitos de sol”, como él dice.

Así, dos posturas diferentes se enfrentan, por un lado la idea de mantener las cosas estables, estáticas, esa es la postura de Leonardo, esto se evidencia en la puesta en escena: vive en una casa absolutamente ordenada donde cada cosa tiene un lugar y una función específica y donde debe mantenerse la “fachada” para preservar la arquitectura que delineó su autor.

Y por el otro, la  visión de Víctor, más caótica, más creadora, con menos estructuras. Víctor comienza “destruyendo” (la pared) para luego darle forma y crear algo nuevo (la ventana) que dejará entrar la luz a su casa.

Y es interesante preguntarnos en realidad en dónde deja entrar la “luz” esta famosa ventana, si en la casa de Víctor o en la casa de Leonardo, que paradójicamente parece ser mucho mas “oscura” que la de Víctor (aunque este plagada de vidrios). EL-HOMBRE-DE-AL-LADO1

Lo que es evidente es que Víctor irrumpe constantemente en la pasiva vida de Leonardo. Una forma en dónde esto se evidencia es a través de los “ruidos” generados por los golpes en la pared. Esto “ruidos” atraviesan la realidad de Leonardo en muchas escenas, como por ejemplo mientras duerme, son estos golpes los que lo “despiertan”, lo despiertan de su vida letárgica, de su mujer fría y manipuladora, de la imposibilidad de comunicarse con su hija, de la hipocresía en sus relaciones amistosas y en última instancia, de su soledad.

Vemos que no sólo en la cama suenan estos “ruidos” sino también cuando esta trabajando, cuando esta escuchando música con Julián y la interrupción también se da mediante las llamadas por teléfono y los gritos de Víctor.

Creo que estos ruidos más allá de ser externos y reales, parecen también representar todo aquello que ruge en su cabeza, porque aparentemente las cosas no son tan perfectas, pulcras ni estéticas como parecen ser.

Así el final nos demuestra que el hombre de al lado, es en realidad el hombre de “adentro” (de Leonardo) ese hombre irreconocible para su propia persona. Víctor, entonces, vendría a mostrarle sus propias falencias.

 

También en la última escena, los ladrillos tapan la poca luz que se deja entrever y arman (de vuelta) una pared que deja a Leonardo atrapado por detrás (la cámara así lo muestra) sin la posibilidad de escaparse de su verdad, de “romper la pared” que divide lo que es, de lo que realmente desea ser.

 

 el-hombre6.jpg Es interesante además tener en cuenta todos los intentos de Leonardo por tapar esa ventana (agujero). Esto se observa durante toda la película, primero queriendo taparlo entero para dejar la pared como estaba originariamente (para que nada cambie, además) luego con un nylon negro y por último dejando sólo una mínima parte de la ventana para que no se pueda invadir su intimidad (ese fue siempre su argumento). Pero lo que se quiere tapar en realidad (y que cada vez cuesta más hacerlo) es ese agujero que le demuestra que la pared no es blanca ni lisa, sino rugosa y que esta hecha de otra parte que no es visible (con todo lo que esto representa) y es eso exactamente lo que Leonardo no quiere (ni puede) ver: sus propios agujeros, lo que esta por debajo de su apariencia, de lo que él esta formado en realidad, su propia verdad.

 

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27 mayo 2011 5 27 /05 /mayo /2011 15:52

El hombre de al lado

Por Tere Sotelino

La irrupción del Otro

Simetría. Opuestos. Límites. Luz y sombra. Contraste. Armonía. Equilibrio.

el-hombre-de-al-lado.jpg

De pronto se oye un latido, un ritmo vital y amenazante que nos evoca los pasos de un monstruo. Y mientras en la mitad iluminada vemos rasgarse el revoque a causa de los golpes, en la mitad oscura vemos la masa que hace el boquete, que de a poco deja pasar la luz. Como en un viaje a una cuarta dimensión, de pronto estamos a ambos lados de la misma pared, viendo al mismo tiempo el interior y el exterior, mirando, y a la vez, siendo mirados.

El equilibrio se ha roto, una fuerza disruptiva se ha adueñado de la pantalla, ha trastornado nuestro punto de vista y la vida de Leonardo, el protagonista.

Leonardo y la casa

Los golpes despiertan a Leonardo por primera vez en la mañana. No es casual que lo conozcamos dormido.

Es un exitoso diseñador, casado, con una hija adolescente. Muy pronto veremos que su matrimonio naufraga en la costumbre, y que no tiene posibilidad de comunicación con su hija, que se niega sistemáticamente a escucharlo. Sin embargo, ha logrado un equilibrio superficial en su vida mediante el inmovilismo, el sostenimiento de una apariencia, aún para él mismo, que la cámara fija refuerza en casi toda la película.

Una protagonista importante del film es la casa, su álter ego, omnipresente en casi todas las puestas en escena, protagonista exclusiva de la imagen quieta en varios momentos, y presentada al mismo tiempo que Leonardo, al comienzo de la película, cuando la recorre para investigar el origen de los golpes. Varias puestas en serie van de Leonardo dormido a la casa vacía.

Se trata de la famosa “Casa Curuchet” de Le Corbusier, un emblema de la arquitectura, un punto de admiración pública, al que sus dueños mantienen impecable, (escenas de limpieza), en orden perpetuo, y donde sus habitantes no se encuentran, como las figuras del laberinto del estudio de Leonardo.

Y éstos son los dos espacios-museo (Leonardo y la casa) que son violados por Víctor, el vecino, con su ventana.

Un agujero en la estructura de Leonardo

El vecino que ha irrumpido en la casa y en la vida de Leonardo es Víctor, un hombre frontal, tosco, y, por oposición a Leonardo (tan “cool”), un “grasa”, que toma las cosas que considera tiene derecho sin consultar (“un rayito de sol que a vos te sobra”). Víctor no es un personaje con el cual identificarse, hay algo oscuro, no sabemos a qué se dedica, parece un tipo “pesado”: espía, maneja armas largas, sabe cómo ser amenazante. La cámara lo toma de frente, primer plano, y mientras que a Leonardo no le conocemos prácticamente gestos, a Víctor lo vemos sumamente expresivo. EL-HOMBRE-DE-AL-LADO1.jpg

El accionar de Víctor provocará, primero fisuras, y luego un terrible hueco en la “estructura” de Leonardo, como en la casa. Ya desde el primer encuentro entre ambos, Leonardo queda confuso, la escena lo muestra a contraluz, totalmente en sombras.

Las vicisitudes de la negociación con Víctor por la ventana (tapada con un plástico negro, agujereado por Víctor como si fuera un nacimiento, descubierta por Leonardo, transformada en una raja), nos muestran las vacilaciones de Leonardo: ¿tapar, asomarse, descubrir, adaptarse? Se le revelará así la verdadera naturaleza de su matrimonio, y también intentará, como él puede, carente de emoción, (su imagen fragmentada en los espejos circulares) comunicarse con su hija, logrando un principio de contacto (la niña lo mira directamente cuando se va con la madre).

El conflicto por la ventana (¿la mirada del Otro?), le hace ver a Leonardo su profunda insatisfacción, aquello que nosotros habíamos visto desde el comienzo: que está incompleto, que está desorientado: desde que despierta en la primera escena lo vemos, o fragmentado por la cámara, o a contraluz, o escondido tras la alacena mientras prepara un pollo, ¡o cabeza abajo y desdoblado a través de la cámara de su suegro! El éxito de su vida profesional se contrapone con el vacío de su vida afectiva: nunca lo vemos completo, de frente, excepto cuando está con alumnos, con amigos de su misma clase social, con otras relaciones laborales.

Una secuencia clave que nos muestra hasta qué punto la relación con Víctor provoca en Leonardo una profunda crisis, es la que comienza cuando lo convence de reemplazar la ventana por una raja, y la puesta en serie nos lo muestra jugando a la paleta contra sí mismo, y festejando un supuesto triunfo, y a continuación, cuando su mujer no acepta esta solución, nuevamente la puesta en serie nos lo muestra conduciendo en la niebla hasta que se detiene a llorar, totalmente impotente.

El desenlace

Luego de que Víctor finalmente ingrese como invitado y no como intruso a su casa y a su vida, aunque ya la ventana se cierre, Leonardo no tiene escapatoria: de un lado su vida como hasta ahora, tratando de recuperar el equilibrio perdido, y del otro la apertura a otros modos de mirar: la puesta en serie nos lleva de la cara feliz de Víctor jugando en la silla premiada, a su mujer haciéndole apagar la radio en el auto. Y entre las dos alternativas toma la peor y más cobarde de las decisiones: la eliminación de Víctor, que obturará para él la posibilidad de ser un hombre más integro, (¿más feliz?), y que seguramente pesará para siempre sobre su conciencia. 

el-hombre4.jpg Y aunque haya intentado comprender a Víctor, (sube a la azotea para ver las ventanas iluminadas), y sea “políticamente correcto” (se menciona al pasar que desarrolla un trabajo social con aborígenes, le molesta que su mujer le regale ropa en mal estado a la empleada), es incapaz de aceptar de igual a igual a quien tiene otra forma de vida, de tomar de ella lo bueno para aprender y enriquecerse. Y como eso lo interpela y le produce angustia, la única salida que encuentra es la eliminación del Otro portador de esa mirada.

Cualquier semejanza con la clase media urbana argentina es pura coincidencia.

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18 mayo 2011 3 18 /05 /mayo /2011 16:13

DSC06560.JPGDSC06562.JPGDSC06564.JPG

 

Encuentro muy especial

¡¡¡gracias a todos!!!

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4 mayo 2011 3 04 /05 /mayo /2011 15:47

 

hollywood.jpg

La industria de Hollywood

 

El cinismo del Cine

entrar a Hamartia

 

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28 marzo 2011 1 28 /03 /marzo /2011 17:39

gafas3d.jpg

 

E n t r e n a m i e n t o  de la  M i r a d a

Coordinado por Lic. y Prof. Gisela Manusovich

  Para los que aman el Cine y quieran disfrutarlo más intensamente.

No se requieren conocimientos previos.

  

Todos los martes de 19 a 21 hs.

Analizamos películas.

Incorporamos nuevas herramientas de análisis.

Recorremos la Historia del Cine.

Los que quieran podrán escribir sus análisis con la posibilidad de publicarlos en los espacios virtuales del curso.

 

Empezamos el martes 12 de abril

Arancel mensual  $150.
Sarmiento 2210 1º B. Capital.

La asistencia al curso es sólo mediante reserva previa solicitándola a este mail:

gisela@matiz.com.ar o dejando un comentario en este blog

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21 febrero 2011 1 21 /02 /febrero /2011 14:40

colirio-copia-1

(Recargado)

Por vacantes agotadas en el Rojas

 

El Cine en la Mirada 2011

presenta

 

4 clases muy intensas 

Análisis del Film

Los martes 15, 22, 29 de marzo y 5 de abril de 19 a 21 hs.
Arancel total $150.
Sarmiento 2210 1º B. Capital.

(con aire acondicionado)

 

¿Querés aprender a analizar películas?

Vamos a trabajar en 4 clases con un método muy concreto de análisis.

Iremos gradualmente utilizándolo sobre películas de todas las épocas.

La idea es que puedan apropiarse de este método y sirva para el análisis de cualquier discurso fílmico o audiovisual.

  

No se requiere conocimiento previo.

Por cuestiones de capacidad espacial la asistencia al curso podrá efectuarse

sólo mediante reserva previa

enviando un mail a  

gisela@matiz.com.ar 

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17 febrero 2011 4 17 /02 /febrero /2011 15:55

David Lynch organizó un concurso para elegir los videoclips oficiales de los singles I Know y Good Day Today.

 

El videoclip ganador para I Know es la israelí Tamar Drachli de 28 añoa de edad, mientras que para el tema Good Day Today ha ganado el joven francés de 22 años Arnold de Pascau.

 

Acá se los dejo porque me parecieron sublimes. 

 

 

 

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19 enero 2011 3 19 /01 /enero /2011 14:02

colirio-copia-1.jpg

 

El Cine en la Mirada 2011

presenta

Los cursos de Cine más esperados del Verano

4 clases muy intensas

 

Historia del Cine

Empieza el 1º de febrero y se dictará los martes de febrero de 19 a 21 hs.
Arancel $150.
Sarmiento 2210 1º B. Capital.

(con aire acondicionado)

 

Haremos un recorrido por 4 momentos y directores fundamentales para la historia del cine.

Entender las distintas poéticas y estéticas, sus continuidades y rupturas nos permitirá sumergirnos mejor en el complejo entramado del cine actual.

Orson Welles

Federico Fellini

David Lynch

Lucrecia Martel

 

Análisis del Film

Empieza el 3 de febrero y se dictará los jueves de febrero de 19 a 21 hs.
Arancel $150.
Sarmiento 2210 1º B. Capital.

(con aire acondicionado)

 

¿Querés aprender a analizar películas?

Vamos a trabajar en 4 clases con un método muy concreto de análisis.

Iremos gradualmente utilizándolo sobre películas de todas las épocas.

La idea es que puedan apropiarse de este método y sirva para el análisis de cualquier discurso fílmico o audiovisual.


 

No se requiere conocimiento previo para ninguno de los dos cursos.

Por cuestiones de capacidad espacial la asistencia a los cursos podrá efectuarse sólo mediante reserva previa.

La reserva consiste en enviar un mail desde mi página o desde este blog.

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  • : El blog de gisela manusovich
  • : El Cine en la Mirada es un blog para generar un vínculo más cotidiano con mis alumnos desde noticias, material y todo lo relacionado con el cine y el arte en general.
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