13 abril 2010
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Tenía ganas de darle un vistazo al Baficito y me encontré con The boy who wanted to be a bear, animación francodanesa que me dejó estupefacta y no sé si aún estoy en condiciones de decir mucho.
¿Cómo puede la belleza de unos dibujos manejar de manera tan compleja conceptos y valores tan contradictorios?.
Desde un relato casi lírico la subjetividad del mundo animal parece cubrirse con las peores pieles de los humanos al tiempo que comparte la misma capacidad de amar.